Soy Arantxa

No quiero extenderme demasiado, pero creo que para entender la filosofía de Calma y su forma de trabajar, es importante que me conozcáis un poco mejor.

Desde que empecé mi carrera profesional, tuve claro que algún día tendría mi propia empresa. Aunque durante años trabajé para otros, llegó un momento en el que la vida me dio un regalo inesperado: me despidieron de un trabajo que me encantaba y que pensaba que hacía bien. Ese día, mientras subía las escaleras hacia la reunión en la que sabía que me despedirían,en lugar de vivirlo como algo negativo, solo pensaba en cómo llamaría a mi propia empresa.

En ese instante, lo que más necesitaba era calma. Y así supe que ese sería el nombre de mi futuro proyecto. CALMA para mí y CALMA para mis clientes que, sin saberlo entonces, confiarían en mí muy pronto.


Decidí no lanzarme inmediatamente. Quería tomarme un año para estudiar, crecer y, quizás, convertirme en mamá. Pero las empresas y los contactos con los que había trabajado insistieron en que ese era el momento. No podía esperar. Así que me convertí en madre, aunque no de la forma que había planeado. Mi primera "hija" se llamó Calma, una empresa que desde el principio requirió todo mi tiempo, atención y amor. Porque cuando haces algo con pasión e ilusión, las cosas siempre salen mejor.


En 2012 nació Calma Medio Ambiente y Sostenibilidad, con el claro propósito de tener la sostenibilidad como uno de sus pilares fundamentales, un enfoque que en estos años ha cobrado aún más relevancia.


Con el tiempo, fuimos ampliando los servicios que podía dar Calma a sus clientes y el equipo creció.


Poco a poco Calma se ha ido convirtiendo en lo que es hoy, un equipo de personas que acompaña a personas, con el objetivo de analizar, organizar y sentir el control de los pilares que sostienen a una organización.


Pero lo más importante y el logro personal conseguido en este camino, es que detrás de todos los proyectos sigo estando yo, Arantxa.